La vida vista con cristales
…¿cuál es el propósito de etiquetar experiencias con el pensamiento fijado en blanco y negro? Si te permites ver las cosas con varios cristales de colores, se abren muchas más puertas.
Cada historia es única para cada quién. Todo depende de la manera en la que perciban sus experiencias.
En terapia, es probable que te den explicaciones sobre algunos temas, como la distorsión cognitiva, sin embargo, nada aclara por qué una persona cambia después de una experiencia importante. ¿Puedes pensar en alguna ocasión en la que algo te impactó tanto que no volviste a ser la misma persona? Yo sí. Alguien una vez me dijo que nada es bueno ni malo, ni blanco o negro, sino tonos de gris. Tal vez para ti esta frase resulte obvia, incluso tediosa, pero la digo por una razón: tenemos una tendencia a clasificar las cosas como buenas o malas. Así que te pregunto: ¿crees que la muerte es mala? ¿Perder a un amigo por suicidio es algo negativo? Mi respuesta es –por más confuso que suene–: sí pero no.
Obviamente, el hecho de que alguien se suicide puede resultar extremadamente doloroso. Si has perdido a alguien así, probablemente pasaste por un periodo nublado, confuso y triste. Puede que las palabras no alcancen a explicar qué fue lo que sentiste. Tal vez hayas pensado en quitarte la vida, o incluso lo intentaste.
Un tema fuerte como este no suele mencionarse durante una cena familiar, ya que es difícil tratar algo tan doloroso. Existen maneras para procesar este tipo de temas: el arte, que sirve para la expresión; la escritura que se utiliza para la comunicación y otras actividades. A mí me sirve componer canciones y escribir de vez en cuando, pero el dolor en el corazón no desaparece.
Si te preguntas por qué mencioné al principio que cada historia es diferente, sabrás que es verdad. Todo depende del cristal a través del que uno mira y del tiempo que se tiene para procesar y analizar lo que sucede. Después de dos años, he aprendido mucho, he sanado y mi forma de pensar ha cambiado. Entender que alguien muy importante para mí decidió quitarse su propia vida no sólo fue un desafío gigante para mi salud mental y física pero también para mi vida académica. Otro desafío que enfrenté fue el tener que aceptar que no podía cambiarlo, que no tenía la culpa y que no era mi responsabilidad salvar a nadie. Como dentro de mí esa idea no cuadraba, adopté el hábito de preocuparme por los demás a extremos. Mucha gente comentó que me notaba diferente, que expresaba sentimientos exagerados y que no sabían cómo comportarse conmigo. Siendo honesta, yo menos. Me angustiaba saber que el sufrimiento de los demás estaba fuera de mi alcance, no podía cambiarlo.
Después de varios meses de medicamento antipsicótico, además de cambios en mi peso corporal, siento como si la persona que escuchó que mi amiga había fallecido fuera otra. Parece que estoy en un cuerpo diferente al del día en el que me enteré de que ella se había suicidado. Es porque veo la vida de un color totalmente diferente. Me imagino que mi personalidad ha cambiado.
Me parece natural el hecho de que alguien cambie totalmente después de un evento impactante, ya sea porque haya pasado por un proceso difícil o no. Como dijo Viktor Frankl, “ante una situación anormal, una reacción anormal constituye una conducta normal”. Cuando algo sucede de una manera inesperada, nadie puede esperar que la gente reaccione con calma. Aún así, yo traté de actuar normal después de la noticia hasta que no pude aguantar mis lágrimas cuando vi a mi mamá.
Como una persona obsesiva, es muy fácil para mí sujetarme de un pensamiento, no importa lo erróneo que sea. Así que viví la vida pensando que era intocable, que podía cambiar el mundo y que la gente me necesitaba. Me peleé con muchas personas, reprobé exámenes, pero seguía siendo la misma persona, teniendo los mismos hábitos.
Lo que cambió en mí fue mi perspectiva sobre la muerte. Algunas personas le temen; otras dicen que quieren morir; pero cualquier sentimiento es aceptable. Lo que hizo mi amiga –desde mi perspectiva– fue tratar de solucionar los problemas que tenía en su vida. Es cierto: si no vives no sufres, sin embargo, tus conocidos sí. Sé que moriré accidentalmente o por vejez pero no me atrevo a quitarme la vida, así que me veo a mí misma como la protagonista de mi película: la que vence los obstáculos sin miedo a morir, pero no arriesga su vida sin sentido (sin que esto signifique que no lo haya hecho antes). Es muy cierto que todos cometemos errores y que jamás se pueden cambiar, por mucho que queramos regresar en el tiempo. Por lo tanto, el perdón es una gran fortaleza porque dejas ir todos los sentimientos negativos. Incluye la aceptación de las cosas como son al igual que de ti mismo con tus fallas.
Este evento no fue malo porque me volví una persona más sensible y aterrizada. Pienso más en los demás y vivo sin las inseguridades que tenía. Tampoco fue buena, porque mucha gente salió lastimada y algunas sufrieron de transtornos psicológicos, pero, ¿cuál es el propósito de etiquetar experiencias con el pensamiento fijado en blanco y negro? Si te permites ver las cosas con varios cristales de colores, se abren muchas más puertas. Perder un trabajo podría verse como la oportunidad de buscar nuevas pasiones. Acabar una relación o un matrimonio puede verse como una etapa nueva de la vida para dedicar más tiempo para uno mismo. Un examen reprobado puede ser una forma de aprendizaje. Como puedes ver, las cosas no necesariamente son como parecen, pero dependen de la forma en la que uno las ve para convertirse en lo que pueden llegar a ser.
En fin, agradezco esta oportunidad y tengo la esperanza de que si alguien lee esto, cambie su forma de pensar. Quiero inspirar a personas para que platiquen de sus vidas, opiniones, sentimientos, pasiones, experiencias e ideas…