Cuando se cierra una puerta, se abre la del internet

No solo debemos cuestionarnos lo que sucede en el presente, sino que también debemos reflexionar sobre el futuro que nos dejarán el virus, la cuarentena, el uso del cubrebocas y el distanciamiento social.

Resulta interesante ponerse a pensar sobre la actualidad que vivimos y las diferentes versiones del futuro que hemos creado en nuestras mentes. Es un hecho que las expectativas que teníamos para este año cambiaron drásticamente debido al impacto de la pandemia del COVID-19. Mientras antes podíamos pasear y viajar libremente, socializar,  aprender en conjunto y expresarnos sin ninguna limitación de distancia; ahora nuestra manera de vivir es totalmente contraria a estas aspiraciones.   En mi opinión, no solo debemos cuestionarnos lo que sucede en el presente, sino que también debemos reflexionar sobre el futuro que nos dejarán el virus, la cuarentena, el uso del cubrebocas y el distanciamiento social. ¿Qué mundo nos espera al salir de casa? ¿Cuáles son los cambios con los que tendremos que aprender a vivir de ahora en adelante? 

 La pandemia es una catástrofe global que cambiará drásticamente la trayectoria del mundo. Este virus podría ser la puerta hacia el futuro. El ser humano está diseñado para sobrevivir y esa va a ser la misma razón por la cual vamos a tener que evolucionar a partir de este punto. Mientras el mundo se convierte en un lugar más extenso, el ser humano tendrá que expandir sus horizontes para poder domarlo. Muchos han pensado lo mismo que yo, pero no han considerado qué será lo indispensable en la nueva realidad. 

La mayoría de nuestras oportunidades de crecimiento económico y académico, además de los servicios de entretenimiento a los que tenemos acceso han surgido a través de la comunicación y el contacto físico. Esta pandemia limitó muchas posibilidades de conseguir de esta manera ingresos y ganancias en todos los aspectos. Como consecuencia de esto, se volvió obligatorio formar parte del mundo digital. Ha sido un cambio difícil debido a las costumbres que tenían las generaciones pasadas de grabar todo en papel. Para subsistir, el mundo tuvo que actualizar su software y cambiar sus hábitos. 

Foto: Dan Gold

Foto: Dan Gold

Las generaciones que estamos presenciando este momento veremos el mundo con otros ojos; porque mientras la convivencia física se vuelve cada vez menos común, el internet dará  pauta al futuro. Debido a las circunstancias actuales, este proceso se acelera cada vez más. Las aplicaciones y aparatos electrónicos resguardan el futuro de casi todas las personas. Esto es un aspecto positivo de la pandemia, porque el número de individuos con acceso a estos nuevos medios de comunicación es cada día exponencialmente mayor. Los jóvenes y niños del 2020, ya no solo reciben conocimiento y educación por parte de sus familiares y maestros; ahora almacenan nueva información cada vez que abren una pestaña en su computadora. Las diferentes tendencias se generan a partir de todas estas fuentes constantes de nueva información y son apoyadas por miles de usuarios. Ahora. la voz de una persona se convierte en la voz de otras por todos estos medios. El internet se ha vuelto una gran herramienta para generar debates y difundir cualquier expresión de opiniones sobre cierto tema.

Entonces, conformarnos con lo que sabemos del mundo actual no va a ser suficiente. En esta nueva era, una publicación en redes sociales puede tener más repercusión que un periódico oficial y una persona expresándose artísticamente en una aplicación puede llegar a ser más reconocida que un abogado o un escritor. Causar un impacto comunitario es tan fácil como picar un botón para publicar una opinión en redes y lograr que llegue a millones en minutos. Las profesiones más exitosas empiezan a ser todas aquellas que producen un servicio nuevo; sobre todo, aquellas que poseen una estrategia publicitaria inteligente en redes sociales para impulsar a las masas a pensar que lo que venden es un producto básico. 

Un ejemplo de falta de visión tecnológica es la multinacional Blockbuster. En su apogeo, le negó una alianza a Netflix porque creyó que el servicio que esta pequeña empresa planteaba era absurdo de cara al futuro. En la actualidad, una de las compañías más beneficiadas por esta pandemia fue Netflix, ya que logró que la gente se pudiera entretener sin tener que transportarse fuera de sus hogares. Ser reconocido en alguna plataforma popular como Facebook, Twitter, Instagram y Tik tok empezará a importar tanto como tener un título universitario porque con el simple hecho de contar con una cantidad grande de seguidores, podrás poner en marcha más proyectos. 

La ambientalista Greta Thunberg, logró ser escuchada y generar un impacto sobre un problema que a ella le interesaba resolver. Lo hizo gracias al alcance y las cadenas de comunicación de Instagram. Su figura –sin ninguna preparación previa– causó una repercusión mundial e impulsó a mucha gente influyente en el mundo a participar en un movimiento para conseguir un futuro mejor. La meta de muchas personas en el presente es el reconocimiento en muchas de estas plataformas, porque esto les abre las puertas a oportunidades de todo tipo. Los que tengan éxito serán los que inventen soluciones para problemas del presente y prevean soluciones igualmente para los del futuro. Estas herramientas tecnológicas contribuirán críticamente a los propósitos de las nuevas generaciones. 

En este caso: ¿cuál debería ser la meta para todos cuando pase la pandemia? Tenemos que enfocarnos en las cosas que hay que cambiar. Debemos evolucionar junto con el mundo; cumplir con nuestras responsabilidades sociales al navegar en la red; intentar expandir proyectos al mundo digital y –sobre todo– perder el miedo a exponer nuevas ideas a través de él. Volvernos ciberciudadanos será indispensable y buscar formas de generar una transformación real a partir de lo virtual tendrá que ser el camino a seguir. La adaptación es esencial para nuestra sobrevivencia. La tecnología es lo que la humanidad necesita para conocer múltiples puntos de vista y generar un cambio.

Anterior
Anterior

La vida virtual de los universitarios durante la pandemia

Siguiente
Siguiente

Pila de combustible microbiana de plantas; una nueva fuente de energía sustentable