En el mismo barco

Nos escudamos detrás de un extraño sentido del humor, hacemos nuestra misión el encontrar lo cómico dentro de lo lúgubre. La empatía ha sido reemplazada y bloqueada. 

México, ¿Pueblo de cobardes o pueblo de valientes? ¿Pueblo que aguanta vara o pueblo que no aprende? ¿Pueblo asustado o pueblo acostumbrado? Tal vez un poco de todas.

Estos meses de encierro nos han brindado la oportunidad de seguirle la pista más de cerca a todos los acontecimientos que suceden dentro del país y esto ha desembocado en dos posibles tipos de individuos: los que escuchan, leen y absorben todo lo que pueden, y los que –hartos de malas noticias– deciden evitarlas por completo. En ambos casos hay un punto en común: vivimos aterrados; encontramos el fétido olor a muerte a la vuelta de cada esquina, nos persigue. Los mexicanos nos estamos viendo obligados a vivir una de las mayores tragedias mundiales combinada con esa violencia tan familiar para nosotros que se ha convertido en nuestro pan de cada día. Tragedia dentro de la tragedia.

La delincuencia incrementa casi a la misma velocidad con la que el virus lo hace y nos da una razón más para no querer salir de casa. Nos horroriza la posibilidad de convertirnos en un número más de los que anuncian en las noticias, uno entre miles. Nombre y apellidos reducidos al número mil o cien, o mil cien. Nos jactamos de ya estar acostumbrados. “Ya nada me sorprende”, repetimos ante cada infortunio. Nos escudamos detrás de un extraño sentido del humor, hacemos nuestra misión el encontrar lo cómico dentro de lo lúgubre. La empatía ha sido reemplazada y bloqueada. 

Debemos comenzar por reconocer, aunque nos cueste trabajo, aunque a veces el privilegio nos nuble; que es una mentira que todos vamos en el mismo barco; vamos en el mismo mar, pero algunos van en yates, otros en lanchas y otros apenas si saben nadar. Esta es la realidad de nuestro México, país en donde los unos no pueden siquiera llegar a comprender las preocupaciones de los otros y viceversa. País polarizado, fragmentado, dividido por una brecha social de dimensiones colosales que no tenemos ni idea de cómo cerrar. 

El mismo barco. Foto: Bram Van Bever

El mismo barco. Foto: Bram Van Bever

Es difícil no normalizar la violencia cuando la desayunamos cada mañana y la cenamos cada noche acompañada de miedo, inseguridad y corrupción; es algo tan ordinario, cotidiano y frecuente que es como si ya no supiéramos digerir otra cosa, no sabemos cómo estar si no es colgando de un hilo. El mar de malas noticias hace tiempo que nos inundó y ya no dejamos que sus corrientes nos tiren tan fácilmente. Hemos aprendido a no confiar, a echarle la culpa a cualquiera menos a nosotros mismos, a apoyar que se haga justicia por mano propia. Hemos perdido el respeto por las instituciones que dicen protegernos. 

Así que, ¿somos un país de ignorantes y egoístas, o simplemente creemos en la supervivencia del más fuerte? No debería ser ninguna. El cambio empieza por creer que podemos ser una nación que ofrece a todos las mismas oportunidades. No somos fuertes por el hecho de que nuestras calles se asemejen más a una despiadada jungla que a una ciudad, como tampoco somos cobardes por caminar con miedo entre ellas.

Creo firmemente que, al igual que con todo cambio, se debe empezar por la educación. Educar a los niños y a nosotros mismos; nadie es un caso perdido. Debemos comenzar a apoyarnos mutuamente en vez de meternos el pie; unirnos a protestas que pelean con fervor por lo que es justo; exigirnos a nosotros, a los demás y al gobierno la corrección y así, tal vez algún día todos logremos navegar en el mismo barco.

Andrea Martínez | 20 años

Me llamo Andrea, tengo veinte años y estudio la carrera de Comunicación en la. Universidad Iberoamericana. Actualmente estoy cursando el quinto semestre. Lo único que he tenido claro desde pequeña es mi pasión por leer y escribir. Mis temas de mayor interés son de justicia y consciencia social; sobre todo dentro de México. Espero que mis textos logren conectar y generar una reflexión interna dentro de los lectores.

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