Yo no olvido
"Jamás se corrompe el pueblo, pero a menudo se le engaña y es entonces cuando parece querer el mal". –El contrato social, Jean-Jacques Rousseau.
2021 es un año crucial en la vida política y social de México: las elecciones intermedias jugarán un papel fundamental en el país, pues el Instituto Nacional Electoral hizo lo posible para que se eligieran los congresos locales y federales, las alcaldías, las presidencias municipales y las gubernaturas en la misma fecha. Serán las elecciones más grandes en la historia de nuestro país.
Ahora bien, el propósito de estas elecciones intermedias es retirar (o no) el apoyo que el pueblo otorgó al ejecutivo (presidente Andrés Manuel López Obrador) en 2018. ¿De qué manera? El poder ejecutivo no puede actuar del todo sin el apoyo y aprobación del poder legislativo, integrado por la cámara de Senadores que se elige cada seis años, y la de diputados que se elige cada tres. De esta forma, el soberano –que es el pueblo– decidirá quiénes integrarán la cámara de diputados y qué partido tendrá mayoría.
MORENA, el partido del presidente, ha tenido mayoría en el congreso los últimos tres años. Ha legislado cientos de iniciativas y aprobado múltiples proyectos afines al gobierno del presidente, no obstante, hay quienes afirman que esto representa un mal para nuestro país. Los partidos de oposición (PRI, PAN, PRD y Movimiento Ciudadano) exigen que se realicen políticas para el bienestar de la nación: que se atiendan a los enfermos por COVID-19, que se apoye a los jóvenes de escasos recursos, a mujeres embarazadas, plantean un ingreso básico universal, que se detengan las obras del Aeropuerto Felipe Ángeles, La refinería de dos bocas y el tren maya.
No me olvides. Foto: Kat Banachowicz
Yo –como ciudadano– no olvido al EZLN (que se levantó en contra un gobierno corrupto que siempre ignoró a los indígenas chiapanecos); no olvido a los 43 de Ayotzinapa; no olvido el 2 de octubre; no olvido la masacre sangrienta que representó la guerra contra el narco; no olvido las matanzas de Acteal y Atenco. Yo no olvido los amiguismos, no olvido las deudas provocadas por el FOBAPROA, ni las reformas energéticas que vendieron nuestro petróleo al extranjero. No olvido las recesiones económicas (sin pandemia); no olvido al gobierno que gastó millones de pesos en una galleta que está en Paseo de la Reforma; no olvido a quienes le dieron agua contaminada a niños con cáncer; no olvido Odebrecht. No olvido nombres: Salinas, Zedillo, Fox, Calderón, Peña Nieto, Anaya, Lozoya. No Olvido.
No tenemos un gobierno perfecto, y un gobierno perfecto no conviene al ser humano, porque el ser humano no es perfecto. No obstante, considero que este gobierno ha realizado cosas a favor del pueblo de México: las becas Benito Juárez, los apoyos a adultos mayores, la desprivatización de las playas mexicanas y la legalización regulada de Cannabis. Hoy, la corrupción es un delito grave, y la ley Olimpia que condena a aquellos que publiquen fotografías íntimas de un individuo al fin es una realidad. Una mayoría en el congreso federal y en los congresos locales representaría un avance para leyes que venimos planteando desde hace años.